El pasado 12 de abril, el disco “Denzura” de la banda de rock La Barranca, cumplió 20 años desde su lanzamiento. Fue una de las placas más experimentales en la historia de la banda de la Ciudad de México, en la que gracias a la nueva alineación en ese entonces encabezada por su líder en la voz y guitarra José Manuel Aguilera, acompañado por el virtuoso guitarrista Alex Otaola (que perteneció a Santa Sabina) y a los hermanos Alonso y José María Areola, la banda tuvo una interesante metamorfosis después de que dos de sus miembros originales se despidieran de la banda por un rato: Alfonso André y Federico Fong, quienes volverían tres discos después a realizar el relevo.
La frescura de los tres nuevos integrantes añadió un tinte progresivo a la banda para generar temas en los que la peculiar voz de Aguilera, los psicodélicos arreglos en guitarra de Otaola, y el poder prodigioso de los entonces jóvenes hermanos Arreola, dieron a luz un disco de culto para los seguidores de la banda.
Temas como “Fascinación”. “Animal en Extinción”, “Hasta el fin del mundo”, “Denzura” y “La Rosa” siguen siendo piezas fundamentales en los shows de esta banda, ahora conformada por otra alineación en la que únicamente persiste Aguilera.
De aquel disco, su sencillo “Animal en extinción”, en el que también participó Cecilia Toussaint en los coros, se realizó un video protagonizado por Daniel Jiménez Cacho en el que puso en escena un viaje demencial en medio de una ciudad ruinosa en la que todos los habitantes eran él mientras la banda tocaba al centro de la plaza.
Quizás este disco tenga uno de los temas con más guiños al metal de la Barranca, se trata de "Denzura", una pieza a distintos tempos que inicia con una guitarra acústica y viaja a medio camino con unos tremendos ataques de gran amplitud de guitarra eléctrica, acompañados con el poder del bajo y la batería.
Este disco también fue una interesante consecución del primer proyecto solista de José Manuel Aguilera, que recientemente fue relanzado en su versión en acetato. Se trata del disco “Yendo al cine solo”, en el que el vocalista, alejado de su antigua banda, convocó nuevos músicos para realizar una placa totalmente instrumental a modo de soundtrack con canciones de nombres muy ligados a la cinematografía. Producto de esta conjunción de ideas sonoras con Otaola y los Arreola, en Denzura resultaron canciones con ese mismo espíritu como “Donde la demasiada luz forma paredes de polvo”, “Montaña” y “Minotauro” piezas con tintes oníricos, psicodélicos y enriquecidos con una gran influencia de rock antillano y ecos de música prehispánica.
Por otro lado, “La Rosa”, una especie de vals ranchero electrificado, es una interesante balada romántica y tóxica que, con el paso del tiempo ha sufrido cambios y ahora es tocada como una pieza de salón al estilo western, gracias a la influencia de Yann Zaragoza.
Además, este disco cierra con “Kalenda Maya”, un interesante homenaje a uno de los textos más sombríos de Juan José Arreola, el mítico escritor mexicano que fue abuelo del baterista y el bajista de la banda.
“En las profundidades del sótano, sueñan las niñas con funestas alegorías preparadas por espíritus malignos. Silenciosos entrenadores las ejercitan con sabios masajes, las incitan en equivocados juegos.Pero sobre todo, les oprimen el pecho hasta asfixiarlas, para que puedan soportar el peso de los hombres y siga la comedia, la pesadilla del cisne tenebroso”. Juan José Arreola.
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