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#LaSoledadCompartida – Sofía Gómez

Escrito por: Rock101

Fecha de publicación: 5 junio, 2020

#LaSoledadCompartida – Sofía Gómez
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Por Sofía Gómez Bastidas (12 años de edad)

Todos a bordo de un mismo barco 

Los cuentos son como las botellas que arrojan los marineros en peligro al mar inmensamente azul, lanzadas con la esperanza de que alguien las encuentre y acuda en su ayuda, solo que a diferencia de las botellas de los marineros, los cuentos son lanzados al mundo con la esperanza de que un buscador perdido los encuentre y le ayude a encontrar lo que necesita.

Esa es una bonita frase, que se me ocurrió un día como cualquier otro, ese día fui como todos los demás a la escuela y recuerdo que todos estábamos muy emocionados por que íbamos a tener nuestro campamento de graduación, ni me imaginé que sería mi último día de escuela.

No sabíamos si todo iba a cambiar, me sentía como en un muelle sin saber si íbamos a abordar un barco que no tenía un destino seguro o si nos íbamos a quedar en tierra firme como acostumbramos. Al llegar a casa mamá nos confirmó lo que sospechaba, que se había cancelado el campamento y todos nuestros otros planes.

En ese momento fue como si de pronto el mar que normalmente está en calma y silencio, entrara a un gran remolino que solo te lleva a donde empezaste. Unas semanas después fue oficialmente cuarentena.

Nuestro país como muchos otros del planeta oficialmente abordó el barco, todos lo habíamos abordado y no sabíamos su destino aunque sí sabíamos que el propósito de abordarlo era llegar a un mejor destino para todos. La cuarentena era como si todos los días se vieran iguales, pero no se sentían como vacaciones sino como una pausa larga.

Solo puedo observar como los adultos luchan por mantenerse firmes y no perder el timón del barco. Hay días más alegres que otros, pero hay algunos en los que solo se siente como si una densa neblina nos nublara el camino y nos hace dudar sobre muchas cosas que creíamos evidentes y normales.

Aunque a veces podía ser muy difícil evidentemente teníamos más tiempo para compartir historias y hacer cosas que en tierra firme no podíamos así como también nos ayudó a descubrir muchas cosas de nosotros mismos y aprender otras muy importantes.

Para todos es difícil saber si vamos a la deriva o en el camino perfectamente trazado, pero eso es algo que nadie sabe y solo queda esperar; hacer lo mejor posible por mantener la serenidad y congruencia, aunque si no puedes calmar al viento si puedes ajustar las velas para alcanzar tu destino.

El viaje fue difícil pasamos muchas cosas y lo mejor es que pasó el tiempo, libramos juntos muchas batallas, hubo muchos acuerdos y desacuerdos; grandes aprendizajes y revoluciones, lo que nos llevó a todos y a pesar de todas las circunstancias a que el barco no se hundiera, lo habíamos logrado; todos juntos como uno solo conseguimos salir adelante, logramos estar a flote, mantenernos todos a bordo de un mismo barco, la solidaridad, empatía y colaboración fueron las bases para poder mantenernos unidos.

Muchos días, y meses después, el capitán del barco desde el mástil gritó “tierra a la vista”. Habíamos cruzado los siete mares, derrotado a todos los monstruos marinos que se cruzaron en la travesía, evadido el canto de las sirenas que nos desafiaban a cada paso así como, los retos que se nos interponían en nuestro interior, y aun así ¡Lo logramos!

Bajé del barco a tierra firme después de mucho tiempo en el mar y se sentía como si entraras a un nuevo mundo lleno de muchas promesas y maravillas. Tuvimos que aprender a hacer muchas cosas nuevas y retomamos unas viejas y nos fuimos acostumbrando cada vez más a nuestro nuevo entorno. Pero es evidente que nunca olvidaremos cuando estábamos en el barco y mucho menos todas las experiencias y aprendizajes que tuvimos ahí, ese siempre será un momento muy importante en nuestras vidas.

Un día en el que había un atardecer hermoso que pintaba el cielo de hermosos tonos naranja, amarillo y rosa, caminaba a lado de la orilla del mar disfrutando de al fin estar en tierra firme y recordando los momentos y aventuras vividas cuando de repente vi una botella vieja y sucia, era de color verde musgo, se veía que llevaba mucho tiempo en el mar en ella, pude observar que contenía un pergamino en su interior, lo resguardaba como un gran tesoro de las profundidades marinas, en un instante me precipite a tomarla antes de que el mar volviera a llevársela, la abrí lentamente con cuidado y con mucha curiosidad, imaginando cual podía ser su contenido y su origen .

Cuando por fin saque el pergamino me di cuenta que era un cuento con muchos detalles que relataba un periodo que ocurrió hace mucho, mucho tiempo Decía “Los cuentos son como las botellas que arrojan los marineros en peligro al mar inmensamente azul…”

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