Los ideotas presidenciales de Antonio Garci
Fecha de publicación: 9 octubre, 2022


Si hoy me preguntaran cuál ha sido el mejor presidente de México, con mi poco conocimiento en ese ramo de la historia política del país, lo único que podría decir que ese debería ser el que nos ha desgraciado menos a los habitantes de este sitio. Y me refiero a quién se robó menos o permitió que se robara menos. El que propició un terreno para una economía pareja de crecimiento en el poder adquisitivo de la gente, el que invirtió mejor en salud o educación de forma ordenada y con buenos resultados, o el que dispuso un terreno idóneo para la generación de empleos bien pagados y bien establecidos, o el que defendió como un perro, no el peso, sino el lugar que ocupamos para vivir: es decir, la geografía mexicana, incluyendo no solo a sus pobladores sino a la inmensa fauna y flora que son “nuestras” máximas riquezas en tremendo decremento. Pero, como muchos sabemos ya de forma histórica, todos se han servido para cumplir sus intereses y el de sus promotores en la carrera presidencial. Pero ese es mi pensamiento. Cualquiera tiene el suyo, y aquí en Rock 101 se les respeta.
Tomando en cuenta esta premisa de que un presidente es el primero al que vamos a voltear a ver cuando un país caiga en desgracia en ejemplos como el de la seguridad, que es algo que no se ha podido contrarrestar al terrible crecimiento del poder del crimen organizado en todos los flancos de México, podemos hacer un recuento histórico de los mandatarios que “llevaron las riendas” de esta nación a partir de que se conformó como independiente y soberana después de tres siglos bajo el régimen de la corona española.
Como a pocos nos gusta adentrarnos en la historia presidencial porque fue uno de esos temas aburridos que muchos de la vieja guardia aprendimos con monografías obsoletas que decían pero no decían nada de esos señores de peinados altos y patillas largas, una muy buena forma de hacer una revisión es por medio del humor, como lo hace Antonio Garci en su libro “Ideotas Presidenciales” recientemente publicado bajo el sello Diana de la Editorial Planeta.
Este maduro humorista de la gráfica y las letras quien previamente ha escrito títulos como la saga de “Pendejadas célebres en la historia de México”, “La pendejísima historia de las elecciones en México”, lo mismo también pero de la Segunda Guerra Mundial y del futbol, ahora nos da un repaso de los primeros mandatarios desde el exprés Emperador Agustín de Iturbide hasta llegar a uno de los máximos villanos porfiristas de la historia: el chihuahuense Victoriano Huerta.
El retablo de presidentes presentado por Garci da cuenta de una turbulenta conformación de la nacionalidad mexicana siempre imbuida por el pasado español improntado en nuestra sangre, con esa férrea cercanía con la iglesia católica que aún a pesar de haber sido esa otra corona dentro y de lado de la corona española, jugó una parte fundamental en la vida nacional mexicana hasta hace no tantos años, en que “gracias a Dios” y a su pesar, dejamos de tomárnosla tan en serio al percatarnos de los grandes crímenes de los que han sido tanto juez como parte.
Entre broma y broma en este libro podrán conocer detalles peculiares y demasiado personales en las vidas de los máximos mandatarios, como el del bribón autonombrado como su Alteza Serenísima: Antonio López de Santa Ana, a quien, además de cambiar de ideología según amaneciera el ánimo de los otros señores del poder, le fascinaba andar de Don Juan, primero pretendiendo a una parienta de Iturbide por razones de poder, de pronto a cierta mujer a la que le cambió un beso por la independencia estatal de Aguascalientes de Zacatecas, o inclusive perdiendo una de las pocas batallas que pudo ganar contra los Estados Unidos por andar de juerga con mujeres que intercambiaban amor por dolaritos.
Otro peculiar elemento que podrán encontrar en este libro es un cómico análisis de lo complejo que resultaba tener presidentes que pudieran cumplir un periodo completo debido a la inestabilidad del país y a las múltiples injerencias de intereses internacionales como los españoles, franceses, norteamericanos e incluso ingleses. Tanto así que hubo presidentes que no llegaron a cumplir ni un día en la silla presidencial, o que cumplieron varios periodos breves aún sin quererlo, porque nadie quería presidir un país sin recursos en continua efervescencia social.
Un último detalle que le da un plus a este libro es que no solamente contiene una especie de larga rutina de stand up sobre el primer siglo de presidentes, sino también un compendio de cartones cómicos muy interesantes y desacralizados sobre cada uno de los presidentes, como el más villano de los presidentes: Victoriano Huerta, al que Garci retrató como un malencarado carnicero.

