Grillas y Otros Chismes: 31 de octubre del 2021
Fecha de publicación: 31 octubre, 2021


En esta columna no emitimos opinión alguna solo reproducimos las notas de chismes de la grilla y los acontecimientos importantes de la política internacional y nacional.
• El gobierno de la 4T y sus métodos peor que los de antes.
• La salud mental de quien gobierna al país está bien o debiera empezar a preocuparnos.
• ¿Y el encargado de Salud?
• Velan armas en el Senado.
En círculos políticos y empresariales se dice, que algo que sorprende ya en este gobierno, es ver la manera en que López Obrador está superando con creces a los más conspicuos presidentes de la era priista en el uso y abuso del “Dedazo” presidencial. Porque en la sucesión adelantada que él mismo decretó, en donde dice que tiene “muchas corcholatas” y aspirantes a la candidatura de Morena para el 2024, cada vez es más evidente y hasta burdo que sólo hay una favorita en su ánimo y en su interés. Y si ya publicamente apuntó con su dedo a Claudia Sheinbaum, ahora claramente y para muina de Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, el Presidente ha decidido llevar a la jefa de Gobierno a sus giras por la República con la única y notoria intención de “placearla” y ayudar a que su nivel de conocimiento en el país, que es el más bajo de los aspirantes presidenciales, suba un poco y la gente en los estados al menos la conozca físicamente. Y Sheinbaum, que ya se la creyó y está en plena campaña dos años antes, abandona sus labores y responsabilidades en la siempre compleja Ciudad de México, para irse junto al Presidente, primero a Chiapas y ayer a Campeche en donde nada justifica su presencia, nada salvo su carácter de favorecida y favorita del Presidente. Ningún presidente priista fue nunca tan burdo y tan evidente en el apoyo a sus delfines y candidatos, dos años antes de la sucesión presidencial. No cabe duda que Andrés Manuel no sólo rescató en su estilo de gobernar los usos y costumbres del viejo PRI, sino que ahora los está superando y exacerbando.
Ha trascendido el medios que en tan solo una semana los rasgos autoritarios y casi totalitarios del presidente López Obrador se van definiendo con toda claridad: primero con sus ataques y críticas a la UNAM y a otras universidades públicas como la Universidad de Guadalajara, a las que acusa, sin más fundamento que su palabra, de “neoliberales” y “derechizadas” o de utilizar recursos públicos en una Feria Internacional del Libro que desde hace años es autofinanciable y no utiliza financiamiento público, para luego abrir una propuesta de “reforma al modelo universitario” que es un plan embozado para promover un modelo socialista de educación y un esquema de control político de la educación superior. Pero luego, cuando ya prendió el debate sobre sus ataques a las universidades, López Obrador vuelve a sorprender con una declaración en la que atribuye derechos y demandas ciudadanas como el feminismo, la transparencia y rendición de cuentas, el derecho ambiental o incluso la protección de los animales, a una “estrategia del neoliberalismo para robar”. Son tan absurdos pero al mismo tiempo tan autoritarios y preocupantes los planteamientos del Presidente, que las reacciones que generan son cada vez más amplias: desde contestarle y enfrascarse en debates que se vuelven nacionales, hasta expresar serias preocupaciones por los rasgos de autoritarismo presidencial, por una perversa estrategia de distraer la atención con sus declaraciones de los problemas y crisis graves que vive el país por su gobierno, pero también no falta quien se pregunte si la salud mental de quien gobierna al país está bien o si tanto desvarío debiera empezar a preocuparnos.
El pasado viernes en Campeche brilló por su ausencia el secretario de Salud federal, Jorge Alcocer Varela. Se ausentó en el anuncio que dio el gobierno de que se cumplió con la meta de vacunar contra Covid-19 a casi la totalidad de la población mexicana mayor de 18 años. Nos detallan que a muchos extrañó que el secretario encargado de la política de salud de Mexico no estuviera, pese a que sí asistió el subsecretario Hugo López-Gatell. ¿Será que esta ausencia se debió a ciertas fricciones en la relación entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el doctor Alcocer? Por otro lado, quizá prefirió evitar las preguntas incómodas que a su subordinado, López-Gatell, le gusta responder, no siempre con éxito.
En el Senado de la República se preparan para comenzar con los pleitos y debates levantados de tono. El primero será por la entrega de la Medalla Belisario Domínguez 2020 al personal médico que atiende la pandemia del Covid y la insistencia de un grupo de senadoras de Morena para que el subsecretario Hugo López-Gatell reciba la presea, pese a los cientos de miles de fallecidos acumulados en el país y atribuidos a su estrategia. El otro tema candente, la “reina de las discusiones” como la calificó Ricardo Monreal, será la Reforma Energética allá por la primera semana de diciembre, como vaticinó el zacatecano. Los senadores fieles a Palacio Nacional buscan aprobarla ante