El underground, nuevamente
Fecha de publicación: 21 abril, 2022


Escrito por Roberto Garza
El escritor español Luis Racionero define al “underground” como la tradición del pensamiento heterodoxo que corre de manera subyacente a lo largo de la historia de Occidente, desde la aparición de los chamanes prehistóricos hasta la revolución tecnológica de nuestros días.
Estas tradiciones de pensamiento no socrático, antiautoritario, comunal y libertario emergieron del underground en los años 60s del siglo pasado y se materializaron durante un tiempo en el llamado movimiento contracultural, mismo que tuvo como principales banderas a la música rock, las comunas hippies, la expansión de la conciencia y la filosofía oriental y hermética.
El sistema establecido, al verse amenazado por el underground, puso en marcha una eficiente campaña de represión: a los activistas más politizados como Weatherman, Black Panthers y Simbiotic Liberation los eliminó por la vía de las armas; a los hippies los atacó con la diseminación de drogas super adictivas y los marginó en comunas rurales, o bien los incorporó a movimientos capciosos como el gurú Maha-ri-ji o los Jesus freaks. Las filosofías oriental y hermética fueron banalizadas en harekrishnas, horóscopos y clases yoga light.
¿Qué sobrevive de la revolución cultural de los60s? De la praxis vital de la contracultura ya no queda nada. Sólo en el nivel ideológico la contracultura nos ha legado un testamento práctico. Los ideales de renuncia al consumismo, de igualdad de género, de paz mundial, de lucha contra el autoritarismo, de vida comunitaria, cooperativa y descentralizada y de liberación del cuerpo y la conciencia, siguen vigentes y hoy confluyen con corrientes que emergen con fuerza como el feminismo y el ambientalismo.
El underground de nuestros días tiene un rostro hermoso y bien definido: el de una mujer que alza la voz y pone a temblar al sistema patriarcal; y su cuerpo encarna al activismo para detener el cambio climático. Sin embargo, el sistema establecido, al verse nuevamente amenazado por las fuerzas del uderground, se ha infiltrado hasta la médula de la lucha feminista para desprestigiarla, dividirla y desviarla de sus objetivos, al tiempo que ha creado liderazgos falsos en materia de cambio climático.
A los científicos y activistas duros que alertan sobre la catástrofe que se viene se les margina de los medios masivos y, a los más radicales, se les elimina. No obstante la resistencia del sistema, nuevamente emergen del underground las tradiciones alternas de pensamiento que hacen contrapeso al racionalismo establecido. De su sobrevivencia depende la supervivencia del planeta. Nada más.